domingo, 11 de julio de 2010

SALMO 30



En ti Señor confío
no sea jamás confundido
Me libraste de la mafia de los gangsters
En tus manos encomiendo mi espíritu

Tú me has librado oh Señor
Dios de la verdad
Tú aborreces alos seguidores de vanos ídolos
y a los seguidores de consignas
pero yo solo espero en tí Señor

No me entregaste a su Policía Secreta
Tú me libraste del campo de concentración
ten piedad de mí Señor porque estoy en tribulación
Mientras ellos están en fiestas
-estan brindando-
llorando en la noche
en la casa saqueada
Estamos de luto en la mesa de comer
con el puesto vacío
pálidos y callados
esperando que llamen a la puerta
En el vecindario no nos saludan
Los compañeros de trabajo no lo conocen a uno
Y nuestro nombre ya no vuelve a pronunciarse
como si uno no hubiera existido nunca
Nos insultan en los radios todas la noche
y los técnicos se reúnen de noche contra nosotros
elaborando planes perfectos
Señor que no sea yo confundido
Que callen para siempre sus radios mentirosos
que hablan contra el justo
Tu presencia es para nosotros como una línea de Defensa
como un Refugio Antiaéreo.
ERNESTO CARDENAL.

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